La creatividad es permitirte a ti mismo cometer errores.
El arte es saber cuáles mantener.
Scott Adams
Si escuchas una voz en tu interior que dice
“no puedes pintar”, pinta y la voz será silenciada.
Vincent Van Gogh
Una primera reflexión
La creatividad aparentemente se pierde en el transcurrir de la vida; alguien a lo largo de nuestra formación nos enseñó que el pensamiento debe ser regido por reglas y normas que nos van limitando al paso del tiempo.
Con cierta frecuencia es posible leer que la creatividad muere en la escuela. Llega a ser de tal magnitud esta creencia que las personas afirman con mucha convicción "yo no sirvo para esto", "yo no soy creativo/a", "nunca he podido crear algo". La realidad es que todas las personas en mayor o menor grado, somos creadores/as.
Compositores, creadores, artistas afirman que uno de los retos más grandes del proceso creativo es enfrentarse a una partitura en blanco, a una hoja o pantalla en blanco, a un lienzo en blanco y quizá eso es lo que impone a la mayoría.
Otro prejuicio que actúa contra el proceso creativo es temer dejar volar la imaginación y expresar lo que de ella sale. Uno más es el "no sé dibujar", "yo no puedo hacer una ralla derecha". El miedo a la burla, a las críticas destructivas son otro paradigma a derrumbar.
La creatividad no es sólo dibujar no es sólo interpretar con maestría, es hacer del día a día una experiencia constructiva, positiva y tener conciencia de ello.
La aventura de hacer mandalas y zendalas
Desarrollar un taller creativo es fascinante, pensar en cómo integrar y desarrollar paso a paso cada uno de los momentos que se deben propiciar es muy enriquecedor. Tomar decisiones instruccionales, generar las secuencias permite ordenar y diseñar lo que se espera puedan aprender los/as talleristas, buscar los recursos que permitan generar seguridad y tranquilidad es un enorme reto.
Dos talleres, dos experiencias diferentes con un mismo fin: generar espacios creativos para la construcción de sentido y de logro, dar significado a "eso" que será creado por alguien que cree que no lo conseguirá.
Primer taller, tres personas, personalidades completamente diferentes, modos de pensar, decir y hacer tan distintos que encontrarse y conversar mientras se supera el primer momento de la "hoja en blanco" hacía que el mismo taller fluyera; hechas las primeras líneas, resueltas las dudas iniciales; la música suave, la atención plena, el poco a poco ganar la confianza suficiente para fluir con libertad, sin temor, con gusto y emoción por lo que surge, con la seguridad de que no habrá críticas ni denostaciones, permiten que se cree una burbuja de seguridad invalorable.
Tres resultados diferentes, tres coloridos muy personales, tres interpretaciones, tres miradas brillantes. Y lo que más hay que agradecer, recibir las imágenes de quienes siguen haciendo zendalas o mandalas.
Segundo taller, ocho personas dejándose acompañar, en una agradable terraza-jardín. El proceso fue similar al primer taller, mujeres interesantes, con historias interesantes, con vidas particulares cada una, dejando fluir sus mentes a través de sus manos. Las más jóvenes con menos filtros, dejando correr sus ideas en el papel con mayor libertad. Las más maduras, con más peros, con más prejuicios acerca de su creatividad, desde la que decía "yo no soy para esto", hasta la que relacionaba sus experiencias de viaje con las formas que iba creando.
Experiencias creativas, cara a cara, llenas de imaginación, de formas, de color, de compañía, de conversación tranquila y confiada, generadoras de calma, de bienestar que valen la pena en medio de un mundo convulso y complejo, de vidas que corren de prisa y se regalan pequeños oasis de paz.
Hacia adelante
Vamos por el tercer taller creativo y por la posibilidad de seguir tejiendo redes para el bien estar, el bien acompañarnos. Un sueño de ITARTI es poder multiplicar, es poder ampliar horizontes, por ello, además del Taller creativo de Mandalas y Zendalas, estamos por lanzar una nueva experiencia a través del arte mexicano.
Te invito lectora, lector a que nos escribas, a que seas parte de ITARTI y nos acompañemos.
La música de esta noche calurosa y acogedora:
La creatividad aparentemente se pierde en el transcurrir de la vida; alguien a lo largo de nuestra formación nos enseñó que el pensamiento debe ser regido por reglas y normas que nos van limitando al paso del tiempo.
Otro prejuicio que actúa contra el proceso creativo es temer dejar volar la imaginación y expresar lo que de ella sale. Uno más es el "no sé dibujar", "yo no puedo hacer una ralla derecha". El miedo a la burla, a las críticas destructivas son otro paradigma a derrumbar. La creatividad no es sólo dibujar no es sólo interpretar con maestría, es hacer del día a día una experiencia constructiva, positiva y tener conciencia de ello.
Primer taller, tres personas, personalidades completamente diferentes, modos de pensar, decir y hacer tan distintos que encontrarse y conversar mientras se supera el primer momento de la "hoja en blanco" hacía que el mismo taller fluyera; hechas las primeras líneas, resueltas las dudas iniciales; la música suave, la atención plena, el poco a poco ganar la confianza suficiente para fluir con libertad, sin temor, con gusto y emoción por lo que surge, con la seguridad de que no habrá críticas ni denostaciones, permiten que se cree una burbuja de seguridad invalorable.
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